Levantemos la cabeza y miremos más allá

Viajar es una de las mejores cosas del mundo. Y una de las más útiles. Esto parece una obviedad, pero para hacer un trabajo como esta, donde a menudo tenemos la sensación de repetir las mismas cosas día detrás día, salir de casa es revitalizante.

A veces tenemos suerte y podemos marchar algo más lejos: cualquier ciudad europea es buena para recibir nuevos estímulos, ver como hacen las cosas emprendidas como nuestra fuera del país, etc. Pero a veces no hay que ir tan lejos.

Hace un par de años pudimos escaparnos un fin de semana a Granada. Después de remover mucho por Google y saltarnos las primeras páginas donde todo el que se ofrecía eran freetours, encontramos una pequeña empresa llamada Cicerone Granada (www.ciceronegranada.com), con tours de altísima calidad por los barrios más famosos de esta preciosa ciudad. Recuerdo que la guía, una gran experta en la historia de Granada, al inicio de la visita, nos proporcionó unas pegatinas que usaba para no perder a ningún integrante del grupo y además, eran chulísimas: el diseño era una de las baldosas, los famosos «azulejos», de la Alhambra.

Esta idea me pareció genial, una manera generosa y efectiva de marketing y branding, así que, a la vuelta, creamos unas pegatinas con nuestro logo que ahora llevan siempre nuestros clientes cuando contratan el tour Girona Monumental para que los reconozcan al entrar a la Catedral de Girona.

Y a veces no hay que ir mucho lejos. Una jornada en Barcelona, con sus museos, centros de arte, galerías, tiendas chic y equipaciones culturales, es suficiente para levantar el jefe de Girona y ver qué hacen nuestros colegas barceloneses -mucho más modernos que nosotros, todo se tiene que decir-.

Es difícil, pero tenemos que pensar más en global, ampliando el foco y empaparnos de todas las ideas innovadoras, por no dejar de aprender nunca.